Todos habréis observado que los spot de perfumes femeninos se emiten por TV alrededor de Navidad, 14 de febrero y el día de la madre. Nada que objetar, es lo lógico porque la mayor parte de las ventas del sector son alrededor de esas fechas. Normalmente suelen ser bastante extraños y destilan una atmósfera snob, muy cuidada, que tiene que ver con el target al que van dirigidos: gente que ambiciona algo exclusivo pero asequible. De ahí que casi todos estén en francés, italiano o inglés. Me suelen entrar por un oído y salir por el otro porque, si obvias el enorme componente pijo que les rodea son bastante inocuos.

Pero la campaña navideña de este año nos ha regalado una perla. Es el spot en el que Julia Roberts acude a una fiesta en Paris en la que todo el mundo va vestido de negro excepto ella. Además, todos van ligados de pies y manos por una especie de finos hilos que les impiden moverse libremente. La actriz parece ser la única que se da cuenta de la falta de libertad y se deshace de ellos mientras una voz en off nos regala la frase trascendente del mes: «En un mundo lleno de dictados y convencionalismos, ¿podría existir otro camino?».

Estaba pensando cómo iba a machacar a los que han creado este anuncio, pero la lectura de un ensayo de Aeon J. Skoble me ha hecho reflexionar. Skoble es un filósofo americano que se ha especializado en explicar filosofía con ejemplos sacados de la cultura popular. Sus referencias a la filosofía moral de Aristóteles me han hecho pensar mucho y me he dado cuenta de dos cosas.

La primera es que, en el fondo, el mensaje del spot es cierto: No hay nada más sano para la conciencia que desobedecer los dictados y convencionalismos, si lo hacemos tras una reflexión seria y llegamos a la conclusión de que esos dictados y convencionalismos son moralmente reprobables. Cosa nada fácil.

La segunda es que, objetivamente, un perfume no te va a hacer más independiente, ni más sabia, ni más rebelde. Sólo te va a hacer oler mejor y tener 74 € menos en el bolsillo (según Google).